¡La Economía ortodoxa debe cambiar! Mucho debe modificarse la forma en la que los economistas nos enfrentamos a la realidad si queremos que las políticas económicas sirvan para mejorar el bienestar de nuestras sociedades (y de paso que la gente deje de pensar que el Dr. Spock es nuestro guía). Porque si algo nos ha enseñado la Gran Recesión es que los axiomas sobre los que se ha asentado la Teoría Económica no funcionan: ni somos tan racionales, egoístas y amorales, ni los mercados son eficientes, ni el sistema financiero es neutral. La Economía de la Conducta, que se centra en seres humanos racionales y emocionales es un avance en la buena dirección.En estos Apuntes revisamos sus principales ideas: comenzamos con el irrealismo de los supuestos del homo economicus para pasar a describir qué es la Economía de la Conducta, su historia y su futuro; analizamos la Conducta Financiera, que tan amplio desarrollo está teniendo, y estudiamos cómo afecta el entorno social y la moralidad a nuestras decisiones; finalmente discutimos los efectos de la incertidumbre y el futuro en nuestras elecciones. El libro termina con preguntas y juegos conductuales que han “sufrido” mis alumnos a lo largo de los últimos años.